domingo, 29 de mayo de 2016

Bocaditos de naranja y chocolate - Aida

Vale, después de mucho tiempo, intento retomar el blog. Si tenéis uno, entenderéis lo difícil que puede resultar a veces seguir el ritmo y compaginarlo con el día a día... Intentaré volver a publicar, ¡aunque no puedo prometer mucha regularidad!

He decidido re-empezar con una receta facilita de bizcocho, con un pequeño detalle que la hace perfecta para regalar o para cuando tengáis invitados. Sencilla pero muy rica. Ahora que estoy en un piso nuevo (¡por fin una casa a la que realmente llamar hogar!), cocino mucho más, aunque sigo dejando los dulces para algunos findes. Por tanto, es posible que empiece a publicar recetas más variadas. Si queréis que compartamos algo en particular, ¡sólo pedid!

¿Vamos a por la receta?

Ingredientes

4 huevos tamaño L
3 vasos de harina para pasteles
2 vasos de azúcar: uno moreno sin refinar (si tenéis), uno de azúcar normal
2 vasos de leche
3/4 de vaso de aceite de girasol
1 naranja, de la cual usaremos tanto su ralladura como su zumo
200gr de chocolate negro (con un 70% mínimo de cacao puro)
Una pizca de sal

Elaboración

Lo primero de todo, después de haber puesto el horno a precalentar a 180ºC, es separar las yemas de las claras. Ponemos las claras en un bol grande con una pizquita de sal, y las batimos hasta tenerlas a punto de nieve. Están listas cuando, si movéis el bol, no se mueven, hasta el punto de que podéis sostener el bol boca abajo sin que caigan las claras. Una vez estén listas, las apartamos.

En otro bol, mezclamos las yemas con la leche y el azúcar. Una vez esté todo bien integrado, añadimos la harina tamizada y el aceite. De nuevo, cuando esté la mezcla bien homogénea, añadimos el zumo de la naranja y toda la ralladura que hayamos sacado de ella.

Una vez tengamos la masa por un lado y las claras por otro, toca mezclarlo con suavidad. Para ello, lo más cómodo para mí, es utilizar una lengua de cocina. Vertemos las claras por encima la masa y, con movimientos suaves y circulares, vamos integrándolas con la masa, hasta que quede con un aspecto suave y esponjoso, ligeramente parecido al de una mousse.

Engrasamos un recipiente cuadrado o rectangular, y vertemos la mezcla. Horneamos unos 40 minutos o hasta que, al pinchar un palillo en medio del bizcocho, éste salga listo. Una vez hecho, dejamos enfriar.

Una vez esté frío (aseguraros de que han pasado mínimo 2 horas, porque sino será más difícil desmoldarlo), podemos sacarlo del molde y cortarlo en cuadrados, del tamaño que vosotros prefiráis. Por otro lado, hacemos pedacitos el chocolate negro y lo deshacemos en el microondas, calentándolo de 30 segundos en 30 segundos a potencia media, y removiendo cada 30 segundos con una cuchara de madera. Yo le añadí un par de gotitas de esencia de naranja para intensificar en sabor, pero es opcional. Ahora viene el toque de gracia del bizcocho: bañamos la parte superior de los cuadraditos en chocolate, y los dejamos enfriar en la nevera, hasta que el chocolate vuelva a solidificarse.

Para mantenerlos esponjosos durante un par de días (si es que duran), os recomiendo guardarlos en un tarro de cristal de cierre hermético. Para servir, podéis ponerlos amontonados a la hora del café sobre una tabla, o bien entregar como regalito dentro de una bolsa transparente con un lazo de color.