miércoles, 25 de marzo de 2015

Tarta de manzana y canela de película - Aida

¡Esta semana he decidido pasarme a las recetas otra vez! Aún tengo pendientes un par de posts que quiero hacer relacionados con los cosméticos, como una review de las 4 bases que más uso ahora mismo y especialmente una con opiniones sobre los productos que traía la BodyBox de marzo... ¡Lo prometido es deuda! Sin embargo estas próximas dos semanas no voy a poder estar muy pendiente del blog, por lo que tendrán que esperar un poquito :(

La buena noticia es, sin embargo, que la receta que os traigo es ES-PEC-TA-CU-LAR. Voy a explicaros cómo hacer la mejor tarta de manzana y canela del mundo. De veras, la mejor. La tarta de manzana de Anabel, la amiga de mi madre, es más fácil y muy resultona, pero esta es que es... ¡una delicia! Es muy sencilla, pero hacerla os llevará un ratito, así que ¡es perfecta para las que tenemos vacaciones la semana que viene! Yo voy a pasar Semana Santa en Alemania visitando a mi novio (¡por fiiiiiiiin! -y de ahí que no vaya a estar mucho por el blog estos días...), así que más bien voy a cocinar poco, pero mi madre intentará compartir alguna receta de Semana Santa, ¡no os preocupéis!

En fin, dejo de enrollarme.

¡A por la receta!

Receta de tarta de manzana y canela

Esta receta la saqué de una revista de repostería que no he logrado encontrar... Me apunté en mi librillo de recetas los ingredientes con medidas que yo había cambiado, que son los que os pongo.

Ingredientes

145g de mantequilla
180g de azúcar moreno en polvo (podéis comprarlo y triturarlo si tenéis un molinillo eléctrico, ya que es más barato así)
2 huevos M
200g de harina para pastelería
1 cucharada de canela
4-5 manzanas para cocinar

Cómo hacer la mejor tarta de manzana del mundo

Primero precalentaremos el horno a 180ºC y engrasaremos un molde estrechito y de unos 20 cm de profundidad.

Ponemos la mantequilla (tiene que estar a temperatura ambiente, sino calentadla unos 10 o 15 segundos en el micro) junto con el azúcar en polvo en ub bol y removemos bien hasta que la mezcla esté de un color pálido y con una textura esponjosita y muy suave. Si lo hacéis con un robot de cocina, se hará en un periquete, si lo hacéis a mano, tendréis que estaros un ratito removiendo bien para que se mezcle todo perfectamente.

Seguidamente batiremos los huevos en un bol a parte para posteriormente añadirlos poco a poco mientras removemos. Este paso es el que requiere más paciencia, ya que no se puede echar todo el huevo de golpe si no queremos que la mezcla se nos cuaje.

Una vez la mezcla quede homogénea, añadiremos la harina tamizada junto con la canela y seguiremos removiendo hasta que la masa vuelva a tener una textura suave como vemos en la foto de arriba.

Pelamos y quitamos el corazón de las manzanas y las cortamos en rodajas gruesas. A continuación pondremos la mitad de la masa en el molde y cubriremos la masa con los trozos de manzana, como en la imagen de abajo, hasta que haya tanta manzana que no se vea casi la masa de abajo. Cubrimos con un poco más de masa y volvemos a poner trozos de manzana para, finalmente, echar el resto de la masa. Es decir, que quede: masa-manzana-unpoquitíndemasa-manzana-masa. Aunque si os gusta menos la manzana, podéis poner una capa solo de manzana.

Horneamos esta delicia durante aproximadamente una hora y media (o hasta que el palillo salga seco al pinchar en el medio) y lo dejamos enfriar. Lo más probable es que el centro se hunda un poquito y que la parte superior del pastel se tueste un poco, así que lo puedes decorar con azúcar glas y servirlo con un té, o un Roobios de vainilla o canela, o un cortadito... Con algo calentito ¡casa súper bien! En invierno seguro que debe estar de muerte junto con el Glühwein o vino caliente especiado que os enseñé a hacer hace un par de semanas, aunque la verdad es que no se me acaba de ocurrir hasta ahora...

La última tarta que yo hice de este tipo fue para el cumpleaños de mi abuela, por lo que pensé que sería poco y doblé las cantidades para que me cupiera en un molde "normal", es decir, el que solemos usar para bizcochos y pasteles, más anchito. Al final no hubiera hecho falta, porque aunque éramos muchos esta tarta es muy densa y llena un montón. ¡Cortaos un trocito finito porque acabaréis llenísimos y, espero, con una sonrisa enorme en la boca, porque está buenísima!