lunes, 14 de septiembre de 2015

Galletas de vainilla - Aida

Hoy es el cumpleaños de mi amigo Gustau (Gus o Gusi, como le llamo yo :3), al que visteis en fotos cuando publiqué la receta de Daikiri de fresas y la de Piña Colada. Este fin de semana celebramos su cumpleaños, y como yo sé que es muy fan del blog (sobre todo de las recetillas más que nada hahah) y tiene una ardua pasión por el mundo de los conejos (ñe), decidí sorprenderlo en su cena regalándole una bolsita de galletas con forma de conejito y gatito.

Así pues, ¡tengo la excusa perfecta para compartir otra receta con vosotros! Estas galletas son muy fáciles de hacer, no tienen la menor complicación, y se hacen en un momento, porque además sólo necesitan un cuarto de hora de hornado. Decidí hacerlas de vainilla porque es un sabor que suele gustar mucho a todo el mundo (y más en galletas), pero vosotros/as podéis darles el sabor que más rabia os dé. Como siempre digo, sed creativos y ¡adaptad las recetas a vuestros gustos!

Esta receta es muy rápida y fácil, debería llevaros una media hora: 15 minutos en preparar la masa y 15 en hornearla. Si le dais formas distintas con diversos cortapastas quizás tardéis un poco más, pero tampoco deberíais tardar mucho.

¿Cómo hacer unas ricas galletas en media hora?

Ingredientes

300g de harina
100g de mantequilla (a temperatura ambiente)
130g de azúcar
1 cucharadita de azúcar avainillada
1 cucharadita de esencia de vainilla
1/2 sobre de levadura
1 huevo L

Preparación

Empezamos precalentando el horno a 180 ºC. Después, cogemos un bol grande y en él tamizamos la harina y la levadura. Seguidamente añadimos el huevo, los dos tipos de azúcar, la esencia de vainilla y, por último, la mantequilla, que debe estar blanda (por eso la necesitamos a temperatura ambiente, así se integrará mejor).

Removemos despacio todos los ingredientes bien con una espátula o una cuchara de madera hasta que tengamos todos los ingredientes bien integrados. A continuación espolvoreamos una tabla o la mesa de la cocina (¡limpia!) con harina y sobre ella amasamos la masa que ha quedado en el bol, trabajándola un poquito con las manos para que nos quede una pasta totalmente homogénea.

Sobre la tabla harinada, estiramos la masa con ayuda de un rodillo hasta que tengamos con más o menos 1 cm de grosor. Si no tenéis prisa, yo os recomiendo dejar esta masa reposar en la nevera durante media hora, así será más fácil trabajarla y darle forma.

Lo siguiente que haremos será darle forma con ayuda del corta pastas que hayáis seleccionado. Podéis hacerlas de manera "clásica", haciéndolas redondas, ovaladas o rectangulares, o podéis probar corta pastas divertidos. Esto último es ideal para probar la receta con niños, a mí de pequeña me encantaba hacerlo con mi madre. Y hoy en día sigue gustándome hacerlo... Aunque esta vez me acompañó mi amigo Manel en vez de mi madre.

Cuando tengamos las galletas con su forma final, las ponemos sobre una bandeja de horno cubierta con papel de hornear para que no se peguen. Dejad un par de centímetros de espacio entre ellas porque crecerán en el horno. Las cocemos durante 15 minutos, hasta que se doren un poquito. Cuando las retiremos del horno, dejadlas enfriar un poco antes de despegarlas del papel y servirlas. Podéis espolvorearles azúcar glass por encima o bañarlas en chocolate. ¡Sed originales!

En la fiesta de Gus me consta que causaron furor. Con las medidas que os he dado salen unas 35 unidades, yo hice el doble porque éramos mucha gente (y además quería que sobrasen unas poquitas para mi familia y Manel), así que le dí dos bolsas, una para que las pudiera compartir si quería y otra para él.